La palabra felicidad desde su raíz etimológica viene a significar fecundidad. Resulta interesante este nuevo paradigma ya que las personas pueden confundir el estado de felicidad con el tener. Está claro que tener dinero y posesiones materiales puede en cierta medida ayudarte a tener más oportunidades, tener menos estrés, y tener la mente más despejada. Sin embargo las personas exitosas se dan cuenta de que todo el dinero del mundo no puede hacerte feliz si eres incapaz de sentir la felicidad desde el interior.
La felicidad eres tu y desde tu interioridad, sin importar las circunstancias externas, tienes el poder de generar respuestas de paz interior, serenidad y gozo desde la simpleza del ser. La Programación Neurolingüística no se ocupa del “qué” de la felicidad más bien estudia el “cómo” cada persona desde su unicidad obtiene ese estado de dicha que le da sentido pleno a la vida.
Las personas felices viven enfocados en el presente habiendo hecho la paz con el pasado y contemplando el futuro desde una perspectiva apremiante. Comienza dando todo lo que quisieras recibir y comenzarás a ver, escuchar y sentir la vida desde la expresión genuina y fecunda de tu ser.
“Para que las cosas cambien yo requiero cambiar primero”
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